martes, 14 de julio de 2009

Honduras inició la rebelión contra la banda de los Castro

¿Hubo golpe en Honduras? No. Lo que ocurrió fue que los hondureños, civiles y militares, escarmentados por lo que nos pasó a los venezolanos, decidieron cortar por lo sano cumpliendo el deber que le impone la Constitución a todos los ciudadanos de desconocer la autoridad de quien la viole y colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia. Se trata de un acto constitucional de fuerza, de policía constitucional, a que se recurre, agotadas o cerradas las vías institucionales, por la urgencia que los hechos demandan de darle una solución impostergable a un conflicto insostenible por más tiempo, suscitado por un Presidente de la República insurrecto contra la Constitución (Arts. 333-350 en Venezuela).
¿Porqué entonces la OEA condenó los hechos calificándolos de Golpe de Estado? Porque la banda de los Castro llamada ALBA, viendo frustrado en Honduras su plan de destruir la democracia desde adentro, apeló a la solidaridad de sus socios de la Internacional Comunista de América (Foro de Sao Paulo) y se valió de la dependencia petrolera de las Antillas (Petro-Caribe). Con esta mayoría chantajeó a otros (Perú, Colombia y México) que se vieron apabullados por el entreguismo de Estados Unidos, que era el obligado a ejercer su influencia de gran potencia democrática. Obama ha hecho el papel de Chamberlain ante Hitler, sacrificando a un país pequeño y pobre al que ha dejado solo ante el enemigo. No ha aprendido la lección de la historia. La banda de los Castro vendrá por más ensoberbecida por la pasividad de Chamberlain-Obama.
¿Porqué el apuro de la banda de los Castro? Porque les urge convocar la Constituyente para acabar con la democracia hondureña antes de que sea electo un nuevo presidente en noviembre próximo, con lo cual les sería imposible consumar la maniobra.
Los hondureños aprendieron de nuestros errores.
¿Cuáles errores? Los que cometieron magistrados y políticos en 1999. Los magistrados consintieron la convocatoria de una Constituyente, que era inconstitucional, cuando debieron exigir el trámite de una reforma constitucional previa que obligaba al consenso. De nada les valió complacer a Chávez porque igual barrió con ellos. Viéndose en este espejo los magistrados hondureños valientemente decidieron declarar la inconstitucionalidad.
Luego los congresistas se entregaron cobardemente cuando Chávez se lanzó por calle del medio con una Constituyente “supra-constitucional” en contra de la sentencia de la Corte. Los congresistas hondureños, por el contrario, enfrentaron al Presidente de la República y lo destituyeron.
Si magistrados y congresistas venezolanos hubiesen enfrentado a Chávez, sin temer a sus turbas, declarando la inconstitucionalidad de la convocatoria de la Constituyente por no estar prevista en la Constitución, no estuviésemos viviendo esta pesadilla.


Los hondureños nos han dado una lección
¿Cuál lección? Una de derecho constitucional: cómo aplicar los Arts. 333 y 350 de la Constitución cuando el Presidente de la República está alzado contra ella, sin detenerse en nada y atropellando todo lo que se le oponga.
¿Que la OEA condenaría a los que lo hagan? No hay problema. Lo más que puede hacer es suspender la afiliación, que para nada sirve. ¿Que habría un embargo contra Venezuela? Es imposible. Estados Unidos, las Antillas, Centro América y gran parte de Sur América necesitan el petróleo venezolano. Está probado que con petróleo no hay gobierno extranjero que se resista. Hasta Cuba se voltearía. Esto lo hemos aprendido del “petro-imperialismo” del Presidente de la República.
Es muy probable que la pequeña y pobre Honduras caiga sacrificada por Chamberlain-Obama en su política de hacer la paz con el enemigo cediéndole países democráticos. Pero el solo hecho de haber iniciado la rebelión continental contra la banda de los Castro la ha convertido en el símbolo de nuestra lucha por una nueva democracia. Es ahora ejemplo para toda América Latina.

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